Esta experiencia ha sido un desafío personal. Con lo cero tecnología que soy imagínelo.
Desde encender y entrar al correo toma media hora y lograr entrar a la reunión es un parto, pero no me doy por vencida, esa es la actitud.
Agradecer al equipo la maravillosa oportunidad que nos han bridado, yo lo disfruto a pesar de los alaridos de Arturo (el loro de mi hija).
He ido de a poco tratando de corregir posturas al sentarme con la espalda derecha, con los hombros relajados, el tomar conciencia de tu respiración, de relajar el rostro duro de esta enfermedad y así minimizar el terrible dolor de espalda. Son mis pequeños logros, es por eso que les agradezco de corazón y les ruego no nos olviden, porque yo no lo haré.
Dios los bendiga, un gran abrazo al equipo maravilloso.